jueves, 7 de noviembre de 2013

del 120 al 139


120.
Ya llevo sentada mucho rato
esperando a que los pájaros vengan a comerse las migas
pero es tan amable el viejito del parque,
que bien a valido la pena esperar a las palomas.

Y es que finalmente me recuerdan los días,
en que sentada frente a la ventana del segundo piso
narraba los partidos de fútbol de los señores del taller.

Como sí el Tino o El viejo Willie
fueran los únicos capaces de hacer chilenas
o las palomas de mi abuela
fueran las únicas capaces de comer arroz cocinado.                  Julio 3 de 1996

121.
Sigues sentado en la mitad del patio.
Y todavía recuerdo tu hamaca de colores
y el olor de tus cigarros,
comprados en el aeropuerto,
en el último momento.

Estoy segura de que si siguieras sentado,
en la mecedora de la portada,
yo podría seguir jugando,
con los pasajes de azafatas pintadas,
que tu mujer siempre guardaba,
en la cómoda que olía a un viejo diferente,
al de la señora de los santos del cuarto oscuro.

Realmente, eran diferentes,
tu, Gardel, y la señora de la silla de ruedas,
y pensar que ahora, ni podría sentarme en el portal de tu casa,
porque me he convertido en nada.

En una nada distinta,
de la que eres tu,
ahora que te has ido.                                                                   Julio 3 de 1996

122.
Hoy, le escribo a lo lejano de tu cuerpo,
pero más que como una cosa vivida,
como un recuerdo pasajero,
que se borra en los precios de los viejos supermercados,
en los días de sol que alumbra, pero no quema
y en las maravillas de la vida solitaria.                                              
Sep. 10 97

123.
Acabo de recordar,
con los ojos aun en la almohada,
que hoy es tu cumpleaños.

La verdad,
es que lo vengo recordando hace días,
pero no te lo había dicho,
hasta ahora,
cuando el sol de la mañana tuya,
no es el mismo de la mía,
pero por lo menos es un comienzo.                                               
Sep. 10 97

124.
Empiezo a escribir tus recuerdos, en la vieja Italia,
y la verdad es que son tantos, y tan difusos,
que es mejor llevarlos a Escandinavia,
donde estoy diciéndote que vengas a verme,
que no me olvides,
y que me escribas.

Como si falta te hiciera recordarme,
o falta me hiciera a mí,
amarte.                                                                            
Septiembre. 16/97

125.
Hoy,
te empiezo a escribir otra carta,
de las muchas que no te he escrito,
de las muchas que me falta escribirte.

Esta por fin es un poco feliz,
porque he conocido a alguien,
a alguien que me roba el sueño más que tu.

Aunque claro,
nunca es igual,
porque cuando más intenso es el sueño,
entonces vuelves tu con tu figura,
y lo dañas todo de nuevo.

126.
Amarte se me ha vuelto un martirio,
por que tus ojos se reflejan en todas las ventanas,
y busco tus manos en todas las manos del mundo.

Tal vez sería menos doloroso amarte,
si al abrir los ojos en la mañana,
tu voz no se colara en mis oídos.

Pero es imposible,
por que cada cosa del día...
ir al baño, el desayuno, los libros, la comida,
todo tiene un especial significado.

Te recuerdo.

Mi mente de colores no deja de encontrar los significados,
entonces,
se me vuelve un martirio seguir amándote,
cuando ya te has ido,
y no vuelves.

127.
De 127 poemas que he escrito, 64 son para ti,
eso dice que si te apresuras,
tal vez te me conviertas en el único tema de la vida.

128.
A oscuras,
con la luz de la luna,
así te amo.

129.
Ahora la lluvia,
vuelve a caer sobre mi cabeza,
y ya no tengo más cartas que escribirte.

Entonces,
voy a seguir sentada en la escalera,
viendo como el sol de la montaña,
aleja la lluvia,
y me pone a soñar...

... otra vez contigo.                                                    23 de septiembre de 1997.

130.
Hoy tengo la imaginación de colores,
lo cual es maravilloso,
pues me llena de texturas el alma,
y mi corazón se va haciendo gigante.

Como los sueños,
que ya no sueño,
como los días,
que ya no vivo.

Que se parecen,
cada vez con más fuerza,
a la razón de mi existencia,
que sigues siendo tu.

131.
Caminando tu existencia,
me doy cuenta de la mía,
y dejo de soñar,
sabiendo que los sueños no existen,
y que tu,
aunque fuerte,
eres frío,
sin gracia,
como sí para mí,
el amor hubiese perdido su importancia.

Tan sólo es ahora,
una imagen en mi televisor,
que de repente,
sólo es silencio,
y millones de pulgas inquietas,
o azul profundo y triste.                                                       Abril 28 de 1997

132.
Al fin hoy he dejado mi existencia vacía de ti,
vacía de ti,
y llena.

133.
Los días ya han pasado,
sin embargo no has venido,
pero lo prometiste,
y ya te extraño.

134.
Tu que me diste la vida,
me la estás quitando,
con tu existencia.

Y entonces,
aunque importa lo que haga,
en realidad no importa.

Porque todo se empeña en hacernos sufrir.

Y aunque veo que te hundes,
no aceptas mi mano,
y es triste...

Porque aunque te amo,
no puedo hacer nada por tu vida.

Empiezas a destruir la mía,
y lo peor de todo,
es que aún no me siento fuerte para vivir,
para crecer...

¿será que hemos estado haciendo lo correcto?                                Julio 17 de 1997.

135.
Recuerdo tu rostro,
aunque perdido en mis imágenes,
¿por qué te empeñas en alejarme de ti?
¿No comprendes que eres mi vida?
¿No comprendes que aún no nos hemos dado todo?

Tus objetos no importan,
¡importas tu!

Pero yo no me doy cuenta,
de que en realidad,
no te importa mi existencia,
sino sólo la tuya,
que vale aún menos,
porque no eres capaz de darte.

136.
Dejemos de soñar.

Abramos los ojos un momento,
y dejemos de soñar.

Para que sea verdad,
la vida perfecta,
y en soledad.                                                                     Septiembre 16 de 1997.

137.
Que obsesión tengo en los sentidos,
verte, olerte, saberte y tocarte.

Tocar tu mano,
tu rodilla,
tocar tu contacto,
tu aliento.

Tocar tu vida,
si es que la vida se toca,
acaso por un momento.

Pudiera dejar de saber,
que es cierto.

Y encontrar algo,
menos distante de amar.                                             Febrero 27 de 1997.

138.
Ahora le escribo poemas al destino,
a ver si él,
con esos ojos que todo lo ven,
te ve a ti,
y te dice que vengas,
a donde te están esperando.                                                Septiembre 16 de 1997.

139.
Yo,
no te puedo decir nada,
de la vida humana,
porque no es nuestra,
es sólo ese pedazo de Dios,
que nos es dado a pocos,
para cumplir nuestra misión en el mundo.

Entonces,
nosotros decidimos,
y hacemos,
y pensamos,
y construimos,
lo que llamamos mundo.

Un mundo,
que a veces se nos vuelve nada,
cuando nos damos cuenta,
¡No es justo!

Pero el punto,
no es buscar LO JUSTO,
sino lo que AMA,
lo que OLVIDA,
lo que no se siente resentido.

Lo que más bien,
sigue viviendo,
y sigue diciendo,
¡existo!

Ahora, sólo te digo,
sigue creyendo,
y sigue creando,
y sigue esforzándote,

Este mundo será entonces,
un mejor lugar donde vivir.

Mayo 20 de 1997 Por los muertos del CINEP a mi jefecito, aunque nunca entregado.

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