A LA ABUELA
La canasta ya esta llena
la inspiración no llega
y mi pluma
ese pasaje a la felicidad
ya se ha vaciado.
Ahora sólo queda la nostalgia del pasado
la felicidad de haber mejorado mi vida
el deseo de ser cada día mejor
la esperanza de vivir un futuro.
De que me sirve añorar consuelo
de un pecho y una mano
que jamás serán las mismas
por eso espero el futuro.
Esa realidad que día a día
se destapa a mis ojos
que me hace ver:
¡ya no soy una niña!
Mi consuelo, la luz de mis ojos
se han callado para siempre
la vida es sólo un eslabón
que nos lleva a conocer cosas mejores.
El simple deseo de volver a oír
los pasos que me hacían temblar
cuando se acercaban a mí
tocando mi cabeza o dándome un dulce.
Ahora con nostalgia recuerdo
la felicidad que sentía al verla
al sentir su mano tibia sobre mi mejilla
de que me sirve recordarlo.
Sólo la muerte me daría la felicidad
de volver a sentir
todo lo que su mano me dio
en todos los dulces años de mi niñez. 24 de julio de 1985
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