jueves, 7 de noviembre de 2013

del 101 al 119


101.
Ahora te he vuelto a leer,
en estas letras que me confunden,
en estas letras que siempre te contienen,
aunque no contengan nada.

Y las sigo hallando tan bellas,
aunque ahora ya no importa si existes,
si eres,
si vives,
o si mueres,
porque tu esencia,
sigue en mis letras,
como mi propia respiración,
o mi propia falta de inspiración.

102.
Otra vez vuelvo a estar,
junto a la ventana,
y tus ojos,
aunque ausentes,
vuelven a asomarse por ella.

Pero hoy ya no con la lujuria de antes,
y eso me hace descansar un poco,
pero sólo un poco.

103.
ESTE PARQUE
La primera vez que me acerqué a este parque,
lo hice a través de una carretera gris,
pero no de concreto,
ni de asfalto...

Sino de tierra,
de la misma tierra,
que ha hecho siempre las cosas.

Entonces soñé con las maravillas,
que la vida me ha dado,
y quise vivir en él.

Como vivo ahora,
y como vivirá ahora él en mi,
en mi pasado,
y en mi futuro.

Ahora lo veo desde la ventana,
y veo por ella las montañas,
esas montañas que por siempre han estado allí.

Tal vez nunca las escale,
pero lo más seguro,
es que siempre las viva.

104.
El deseo fue el parque,
lo natural,
el oso y su existencia,
y mi propio amor.

Por el parque,
por su gente,
por el paisaje,
y por el camino destapado,
que ahora recorro.

Viendo cosas,
que antes,
nunca había,
que ahora son mi propia vida.

Y veo el parque,
en sus fotos,
y en mi propio vídeo,
aún no empezado,
pero siempre existente.

Y amo el momento,
su existencia,
los venados,
los zorros,
al borugo,
aunque muerto.

Amo a la reinita,
y tanto pájaro sin nombre,
que ahora me afina la vista,
y el oído.

Y amo a los árboles,
que me acompañan,
la existencia,
de música,
cocina,
y vinagre.

Que nadie mas lo viva,
hoy conmigo,
es lo que más amo,
porque me pertenece.

Como la reata,
a mi compañera.

Y lo que más me pertenece,
que es mi alma,
perdida en esta tierra,
profunda,
y llena de vida.

Y ahora que lo escribo,
comienzo a comprender el universo,
sin siquiera abrir la ventana.                                                           Abril 6 de 1997.

105.
NUNCA he sido,
Escritora de PROSA,
Tal vez PORQUE los versos,
se me escapan del CORAZÓN,
como canastas llenas de CONEJOS.

¿Será que los versos son ESPEJOS?
O sólo mi imaginación los hace VIVOS,
sonsos son estos,
pero no importa,
por que los AMO.

106.
Ahora,
en otro lugar del universo,
donde las montañas apenas recuerdan,
yo recuerdo por ellas,
los paisajes de mi niñez.

Y son tan claras las aguas,
y tan dulces,
que estas palidecen ante su sombra,
aquí hay luces maravillosas,
pero allá,
el universo,
era uno solo.

Porque entonces,
el universo era nuestro,
y la lluvia era sólo,
una manera de estar,
todos juntos.

En la casita de paja,
junto a Dios,
junto a lo más sagrado.

Si tuviera 7 años,
mis botas seguirían mojadas,
y el helado de los domingos,
seguiría siendo infaltable.

Pero como hoy apenas es lunes,
y ayer no comí helado,
me conformo con este trozo de universo,
que sigue siendo mi existencia.

En este lugar,
que no es más que el otro,
el que viví antes,
con un agua mas dulce,
y un atardecer,
casi tan hermoso.

107.
¿De donde viene esa tormenta, que a sus ojos parece desasosiego?

¿de donde viene esa nube? que parece taparle la conciencia.

Es que acaso, ¿aún no ha encontrado la profundidad?

¿O es que prefiere encontrarla conmigo?

Que todavía la sigo buscando en usted.

108.
Y no es que sea mala,
y no es que yo crea que es así,
o asa,
o de cualquier manera.

Es que se le ve,
en las preguntas que no hace,
y en las que,
aunque sueñe,
no persigue.

Pierda ese miedo,
No se conforme,
Escúlquese el alma,
y saque lo podrido,
Como en la cocina.

Porque eso es lo que daña,
Como la mantequilla en la caja.

No vea la desocupación ajena,
que a veces tiene su orden,
su sentido.

Vea más bien su propio esfuerzo,
su propio,
yo sigo,
yo valgo.

Los otros,
no son lo que uno quisiera,
pero tampoco hay que condenarse por eso.

Y sí acaso,
estas palabras no son ciertas,
guárdelas igual,
como otra manera más,
de ver en el mundo,
la locura de los que no sabemos,
de los que no entendemos.

De los que,
en las manos,
sólo tenemos las marcas,
de los lápices,
y la conciencia.                                                          10 de Abril de 1997.

109.
Dejaré de mirar
esa luz que me quema
esa luz que viene de sus ojos.

Y entonces,
miraré las estrellas,
y sabré que su vida,
es más corta que mi memoria.            Septiembre 19 de 1997 (Goteburgo, Suecia)

110.
Empiezo a creer el mundo,
con una algarabía
que se hace sospechosa.

Cuando pienso en el futuro,
y no soy más que yo misma,
ahora distinta.

Distinta sí,
porque dejo de amarla en los suspiros,
y ahora la amo en las cosas pasajeras.

Pasajeras que se parecen al tiempo,
en que éramos felices,
y no tenía que pensar en usted,
desde tan lejos de su alma.

111.
Corazón,
haz como si no conocieras,
las delicias del amor,
así,
no te hará falta,
y serás feliz,
como eras antes,
de conocerla,
y haberla perdido.

112.
Mi vida ya va dejando de pertenecerme,
mi vida ya va siendo tuya.

Poco a poco,
sin casi decirlo.

Mi vida te va perteneciendo,
y empiezo a sentirme ausente,
y empiezo a verte en los dedos,
y en todo lo que te significa,
que es todo,
y que soy yo misma.

No es nada,
sólo mi abismo,
que también te pertenece.

113.
Si mis horas fueran  más largas,
tu serías mas maravilla,
y mi vida sería menos mía,
y más tuya...
como todo.

114.
Cariño y amor y cielo y vida
Y todas esas porquerías,
que dije que no te diría,
y ahora te digo,
como en el sueño,
que ya empieza a dejar de crecer.

115.
Entonces,
subiré en silencio,
a oscuras,
sabré que todo está bien.

Dejaré de preocuparme,
mientras viendo las manchas en la pared,
me de cuenta de que hay amores más imposibles que el mío.

Y la ventana que antes me traía tus mensajes,
ahora no será más tu recuerdo,
dejaré de mirarte en ella.

Cerraré los ojos en las tinieblas,
y no será tu forma la que vea,
serán otras distintas,
otras que ame mas que la tuya.
Que ya no me pertenece.

116.
De los besos que yo más quiero,
amo más los que no te he dado,
porque es más bello lo no conocido,
que lo nunca profanado.

117.
Odio, y odio en tal magnitud y a tal grado,
que me doy asco a mi misma,
y miento, y actúo, y todos creen...

Que mentira, que absurda mentira
que sueño sentado a la mesa de los desesperados.
Y odio por esa incapacidad de amar que siempre me ha acompañado.

Con ese saber que nadie me ama y estoy sola
con esa desesperación de no ser
con esa ilusión de verlo todo distinto.

Y me quejo, me quejo de los otros
sin ver el asco de vida que llevo yo misma
sin darme cuenta de que a nadie le intereso
sin saber que hasta el barro de las llantas
de una zorra es mejor que yo.

Piltrafa humana, pedazo de escoria

Que se sigue escondiendo en este recinto
que se sigue creyendo que a alguien le importa.

Ni siquiera el suicidio me admite.
porque le caigo gorda.
porque aunque me haya visto desde siempre,
le soy desconocida.

Soy ese ser que sigue sentado en la esquina,
después de que el resto del mundo esta bailando.

Que porquería
que tristeza
que ganas de salir despedida por la ventana hacia el infinito
y al mismo tiempo,
que ganas de seguir sentada aquí, sin hacer nada.

Con este miedo que se sienta a mi lado.

Ya no debería importarme que nadie piense en mi
ya debería estar segura de que...
que se pudra el infierno.

Que se pudran todos
yo no pertenezco a este fango
no soy de nadie
estoy sola
y así seguiré por siempre.

Que el universo se siga pudriendo
me importa un rábano.

118.
Me sigues oliendo a todo lo que amo.
Como si de pasto recién cortado, te convirtieras en mandarina.
Y ese olor tuyo me siguiera provocando besarte.
tomar tus manos y posarlas en mi cuerpo, aún húmedo,
para seguir pensando que existes, que eres.

En el espacio vacío de los días de colegio, te veía.
¡Te amaba tanto entonces!...
Y hoy, cuando ya ni te pasas por mi buzón, te sigo viendo en mis sueños.

Mi memoria sigue paseando por tu cara y por tu cuerpo.

Por que sentarme a tu lado, ya dejo de ser mi martirio.

Para convertirse en uno más de los momentos en que pienso.
Que si no es contigo, mi vida no vale lo que peso.
Que si tu sombra no acompaña mis suspiros.
Entonces los sueños de estrellas, seguirán estrellados en sombreros.           
Julio 3 1996

119.
¿Serías tan gentil,
de dejar de respirar,
en mi hombro?                                                                   Julio 3 de 1997

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