Es domingo,
la ventana de mi cuartito esquinero esta cerrada,
y el viento,
no ha dejado de soplar,
desde que supo,
que ya estamos en agosto.
Pero como perdí mi cometa hace años,
tengo que conformarme con la que,
de papel me regalaron mis amiguitos de quinto,
cuando yo estaba en tercero.
Hace rato que dejé de hacer billetes,
con las hojas del periódico,
y ahora me dedico a leerlo,
en las mañanas,
todavía metida en la cama.
Como si eso le quitara lo sospechoso,
a mi carrera de encostalados de por la mañana,
o la cargada del huevo en la cuchara del bazar de
primero bachillerato.
Al fin y al cabo,
todo eso paso el domingo pasado,
y yo sólo espero el partido de fútbol,
para saber que estas bien,
aunque estas lejos,
y estás triste.
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